viernes, 16 de octubre de 2009

"Los pasares" en Asamblea Portatil - Colección de cuentos

Y para terminar, una pregunta picante: Veo en la lista a autores con cierta trayectoria como el caso de Diego Trelles y Samanta Schweblin, y autores de reciente difusión, ¿cómo se logro conjugar los “egos” de ambos tipos de escritores para aparecer unos junto a otros?

Felizmente no hemos tenido ningún problema de egos. Con muchos de los autores tengo relaciones que van más allá de una antología, y aún con los que no tenía contacto previo me he llevado muy bien. En esta compilación hay chicos que participaron en Bogotá 39, como el boliviano Rodrigo Hasbún y el venezolano Rodrigo Blanco Calderón, tienes también una narradora con mucha proyección en España como Elvira Navarro, de quien Enrique Vila-Matas ha hablado maravillas públicamente. Está Mayra Luna, mexicana, reconocida por sus compatriotas como una de las escritoras más interesantes de su generación. Hay, desde luego, personajes menos difundidos, pero en eso me baso para poner en marcha proyectos como este. Yo en realidad suelo pensar en los autores que vendrán mañana porque esa ha sido mi fijación desde que fundé mi revista. Recuerdo que en un email de hace unos años dedicado a Los Noveles Edmundo Paz Soldán me dijo que yo solía estar “ahead of the curve”, al menos en lo que respecta a la recopilación literaria. No lo niego porque siempre me han interesado los autores últimos, es algo que me trae muchas satisfacciones, la promoción y difusión de artistas emergentes, y Asamblea portátil es parte de esa especie de filosofía de vida. Me gusta curiosear y que otras personas curioseen. Diego y Samanta no son los únicos en este libro que tienen carreritas encaminadas; Samuel Solleiro y Juan Sebastián Cárdenas andan muy bien, y hay que leer más uruguayos como Fernanda Trías y Leonardo Cabrera, y la española Lara Moreno que tiene una prosa redonda. El menor de la antología, Diego Zúñiga Henríquez, un chileno muy joven, dale tres años más y nos sorprende con una novela corta de las que merecen la pena. Podría seguir, y quizá no mencioné a todos, pero creo que la selección es bastante diversa y al mismo tiempo muy representativa de los tiempos que corren. Los dos chicos cubanos que están en libro, por ejemplo, ambos son muy recomendables y muy “actuales”. Eso de “actuales” no sonó muy bien, pero suena. Y a pesar de ese enfoque tan moderno que se le puede imputar a la antología, creo que no hemos obviado textos de estilo más tradicional, ahí tienes una pieza como Los pasares, del paraguayo Juan Ramírez Biedermann, ese cuento es neorrealista, muy bello, me recuerda bastante a Ribeyro. Y el cuento de Gabriel Rimachi, también, con esos cierres existenciales de antaño.

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