miércoles, 16 de junio de 2010

Texto incluido en el Re issue del album debut de SABAOTH


A inicios de los ´90, el incontenible impulso por conocer nuevas formas musicales que trascendieran el horizonte artístico que el Paraguay y la región ofrecían, llevó a un reducido grupo de amigos a iniciar correspondencia con personas de nuestra generación que vivían en Europa, y que conformaban la emergente escena de lo que más tarde se denominaría el BLACK METAL. Aquello que arrancó con un par de cartas entre músicos de distintas latitudes, fue convirtiéndose en un sostenido y creciente intercambio de ideas, pensamientos y materiales (demos en formato cassette) gracias al recordado fenómeno underground llamado TAPE TRADERS. Eran tiempos en que las bandas de Death/grind Metal dominaban el movimiento mundial de música extrema. Deicide, Morbid Angel, Entombed, Morgoth, Obituary, Napalm Death, Carcass, Dismember, Immolation y bandas afines marcaban la tendencia que adoptarían los grupos en formación de esa década. Por ende, al relacionarnos con artistas que trabajaban con sonidos nuevos, que exploraban recursos estéticos ignotos, y que exhibían con furia propuestas absolutamente innovadoras y alejadas del status quo vigente, encontramos verdadero alivio y emoción. Estos jóvenes suizos, suecos, griegos, y especialmente provenientes de Noruega, estaban creciendo con bandas aún desconocidas o de escasa trayectoria para la escena internacional de aquel entonces (Emperor, Thou Shalt Suffer, Samael, Burzum, Rotting Christ, Mayhem, entre otras). No obstante, sus logros artísticos plasmados en ediciones mínimas y viscerales, presagiaban algo de dimensiones inconmensurables.
En ese contexto nacía SABAOTH, unión de tres músicos que, espontánea y enérgicamente, inauguraban un estilo musical desconocido y recóndito para la escena nacional. En 1992, el paintcorpse, la irrupción del teclado en una banda de metal extrema, las líneas melódicas insertadas en la crudeza de las cuerdas, la voz desgarradora, totalmente alejada del tono gutural del death metal, eran elementos diametralmente opuestos a los componentes que daban cuerpo al panorama musicial del Paraguay e incluso de Sudamérica. Dentro del Culto se publicaba en 1993. Luego, Southern Twilight, y paralelamente ardían iglesias en Noruega y Suecia, donde se perseguía y encarcelaba a músicos acusados de asesinato, posesión de armas y profanaciones; se iniciaban redadas en el Paraguay en busca de sectas satánicas, se cerraban disquerías, se profanaban cementerios y templos; interín locales pequeños en el centro asunceno albergaban a un trío llamado SABAOTH, y un número creciente de personas empezaba a corear y pedir canciones como Offering ritual o Martyrium.
Es complicado, o casi imposible referirse al trabajo propio. En tal sentido, solo me cabe decir que SABAOTH – SABAOTH es el album que exhibe al Lord Norrack potente y brillante, a un exhuberante y caristmático Zethineph, y que concentra y revela el espíritu de una época, su energía, su efecto a veces mágico, a veces devastador, la brutal osadía que en todos ha dejado marcas indelebles.
Amigos, fans, hablan de este disco como material de Culto, como uno de los pilares de la discografía del metal paraguayo. En lo que a mí respecta, me encantaría mantenerlo vivo y vigente en este laberinto de remembranzas llamado SABAOTH.

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